Callejuelas de Cahors

  En verano decidimos pasar un día entero en Cahors atraídos, fundamentalmente, por su conocido Puente Valentré y, aunque el puente desde luego es muy bonito, nos fuimos encantados con la ciudad en la que descubrimos y nos maravillamos con su magnífico entramado de calles medievales por las que pudimos deambular tranquila y completamente solos ya que nadie parecía interesarse por esta zona de la ciudad. Quizá el calor no animó a la gente a caminar por allí lo que es una verdadera lástima ya que aparte de apreciar el urbanismo se pueden ver unos edificios muy interesantes.
  Al llegar comenzamos la visita por el Puente que, a pesar de esperar lo contrario, está en el lado opuesto al casco histórico. Como íbamos en coche aparcamos por allí cerca (todo es zona azul), entramos en la oficina de turismo que está al lado y de allí nos fuimos a recorrer de punta a punta el puente que es completamente peatonal.

Puente Valentré 

Puente Valentré

Puente Valentré

Puente Valentré
Puente Valentré

  Cuando cruzamos al otro lado nos acercamos caminando por la parte baja del río hasta la Fuente de los Cartujos (Fontaine des Chartreux) y si se continúa por la carretera, un poco más adelante hay un mirador que da al río desde el que se puede contemplar el Puente Valentré y el del ferrocarril.

Fontaine des Chartreux
Fontaine des Chartreux

  Abandonamos esta zona para ir hacia el casco antiguo siguiendo la carretera que bordea la ciudad y el río. Justo al lado del comienzo del casco histórico hay zona de aparcamiento en línea gratuito, en la misma calle que linda con el río.

Place Olivier-de-Magny en Cahors

Place Olivier-de-Magny en Cahors
Place Olivier-de-Magny
Callejuelas de Cahors

Callejuelas de Cahors
Callejuelas de Cahors



  Aparcado ya el coche nos dedicamos a recorrer esta otra zona de la ciudad y visitamos el mercado, la catedral y el claustro (gratuito) y algunos de los jardines dispersos por toda la ciudad. También vimos los preciosos edificios de la Place Olivier-de-Magny, la orilla del río y el reloj monumental que hay junto al casco antiguo y que a mí me recordó a uno que había hace años en Ávila en un escaparate cerca de la Puerta del Alcázar. Pero sobre todo zigzagueamos por las calles para poder verlas todas (o casi todas) de las que destacaría sobre todo las de la zona sur que nos dejó un buen sabor de boca y una buena sensación cuando dejamos Cahors, una ciudad digna de recorrer.

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