La Quinta de Torre Arias

  Hacía tiempo que quería visitar la Quinta de Torre Arias y cuando vi que había una visita guiada del ayuntamiento con el programa "Hábitat Madrid" me apunté. Ya había realizado la visita por los "Jardines Escondidos desde Nuevos Ministerios" aunque he de decir que esta visita me gustó más.
  La Quinta de Torre Arias es una jardín recuperado para uso público y de acceso gratuito. Puedes ir cuando quieras y yo tenía intención de acercarme un día pero si te lo explican pues mejor que mejor. Sobre todo porque está en plena recuperación y rehabilitación y aún tardarán años en dejarlo tal cual tiene que estar así que hay muchas zonas que no se entienden bien y la guía te explica el proyecto, qué va a haber en uno u otro sitio, la historia de la Quinta, etc.


Quinta de Torre Arias
Uno de los caminos de la Quinta

Quinta de Torre Arias

Quinta de Torre Arias

  La finca histórica tiene una extensión de 17 hectáreas (más 2 que ha añadido el Ayuntamiento hacia la zona de la Quinta de los Molinos) y ha pertenecido a la aristocracia desde 1600. En 1986 la última propietaria lo dona al Ayuntamiento de Madrid y actualmente se está recuperando para uso público, aunque ya es posible visitarlo de manera libre y gratuita.
  El origen de la finca se encuentra entre los años 1580 y 1602 ya que en el testamento de García de Alvarado Velasco, I Conde de Villamor, se ve que había creado una finca mediante varios terrenos en la que había un palacio, huerta, un palomar, etc. Seguramente, la ubicación del palacio actual se corresponda en parte con el original puesto que en los textos del siglo XVII al XIX sólo se indica se se hacen algunas reparaciones y la planta es similar a la actual.
  La finca pasa de heredero a heredero hasta que en 1741 la compra Francisca Javiera Bibiana Pérez de Guzmán el Bueno Silva Mendoza, viuda del VII Duque de Osuna debido a que los herederos legítimos de la propiedad tienen que venderla por sus muchas deudas adquiridas. La nueva propietaria tuvo que hacer importantes reparaciones por encontrarse en muy mal estado y no poderse habitar. Los herederos se ven obligados a vender la finca en 1749 a Manuel López Corona.
  En 1756 se vuelve a vender y el comprador la cede al desaparecido Convento y Colegio de Santo Tomás de Aquino de la orden de los dominicos, que la dedicaron, sobre todo, a fines agrícolas. Pero en 1771 vuelve a cambiar de manos y pasa a Josefa María de Arizcun Irigoyen. En 1818 pasa al XV Marqués de Cerralbo y en 1825 al XVII Duque de Medina Sidonia.
  En 1850 pasa al X Marqués de Bedmar, quien realiza una importante restauración hasta llegar a un momento de esplendor de la quinta y consiguiendo la imagen de la finca que ha llegado hasta nuestros días, arreglando también el palacio que es de planta trapezoidal con un patio central, de ladrillo visto y de estilo Neomedieval, con lujosas decoraciones interiores, escalera de mármol, etc. Se desconoce el arquitecto aunque tiene bastantes semejanzas a la antigua Cárcel Modelo de los arquitectos Tomás Aranguren y Eduardo Adaro Magro.
  Se vuelve a vender la propiedad y en 1887 pasa a la VIII Marquesa de la Torre de Esteban Hambrán con motivo de su boda con el VI Conde de Torre Arias.
  En 1986, su última propietaria, Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, firma la donación de la Quinta al Ayuntamiento de Madrid pasando a éste tras su muerte.
  El abandono de la finca y las múltiples manos por las que ha pasado hacen que se encontrara en un estado de abandono total por lo que la restauración será complicada y larga.
  Recomiendo hacer un recorrido circular para ir descubriendo todo el jardín y no perderse nada. Nosotros comenzamos el itinerario desde la entrada hacia la izquierda, dejando la zona del palacio y los invernaderos para el final.
  Comenzando por el único acceso de la calle Alcalá y yendo hacia la izquierda desde la Casa de los Guardeses, se puede contemplar un espacio más abierto y amplio en el que originalmente había tierras de cultivo y árboles frutales. Por el camino se puede contemplar también algunos de los árboles singulares que se encuentran en la Quinta, un almendro de grandes dimensiones y al fondo un cedro.

Quinta de Torre Arias
Uno de los caminos con un almendro singular al fondo

Quinta de Torre Arias


Cedro. Quinta de Torre Arias
Cedro

  En la quinta se pueden contemplar varios árboles catalogados como singulares por la Comunidad de Madrid: un almendro, un cedro, una encina de más de 300 años y unos pinos.

Pinos. Quinta de Torre Arias
Dos pinos singulares

  Después, nos dirigimos hacia el interior del jardín hasta llegar al pozo, que se encuentra oculto bajo una bonita construcción y que se debe admirar desde lejos. Cabe decir, que la finca está llena de pozos y que durante los trabajos de rehabilitación se han tenido que tapar bastantes para acondicionar el paseo de los visitantes y, por eso, es importante no abandonar los caminos ni itinerarios marcados ya que puede haber alguno todavía sin tapar. Algunos como éste, son más llamativos por encontrarse en el interior de una especie de casita circular. En los alrededores del pozo también se pueden contemplar las bonitas farolas originales que iluminaban los caminos.

Pozo. Quinta de Torre Arias
Pozo

Farola. Quinta de Torre Arias
Antigua farola

  Continuando por esta zona se puede ver el antiguo arroyo que atravesaba los jardines y que se puede cruzar por dos zonas gracias a dos puentes que aún se conservan, un lavadero de la época de los dominicos y que disponía de agua caliente y fría y un viaje de agua, del que sólo se ven las escaleras de bajada.

Arroyo. Quinta de Torre Arias
Antiguo arroyo

Puente. Quinta de Torre Arias
Puente sobre el arroyo

Lavadero. Quinta de Torre Arias
Lavadero


Viaje de agua. Quinta de Torre Arias
Viaje de agua

  Después nos acercamos hasta las antiguas vaquerizas, cochiqueras, gallinero, etc. al lado de uno de los antiguos accesos de la finca para, desde allí, ir hasta el palacio de estilo ecléctico y de inspiración Neomudéjar, al que no se puede acceder y que se debe ver también desde lejos por encontrarse en restauración. Sin embargo, la guía nos comentó que se tiene intención de abrirlo al público y darle un uso en cuanto esté rehabilitado del todo.

Vaquerizas. Quinta de Torre Arias
Vaquerizas

Palacio. Quinta de Torre Arias

Palacio. Quinta de Torre Arias

Palacio. Quinta de Torre Arias
Palacio


  Ya de camino hacia la salida pudimos ver también las antiguas acequias para llevar agua y regar la finca y una construcción que se creía que se utilizaba como galería de tiro en la planta baja y secadero en la planta superior.

Acequia. Quinta de Torre Arias
Acequia

Secadero y galería de tiro. Quinta de Torre Arias
Secadero y galería de tiro

  Por último vimos los antiguos invernaderos, que se encuentran en un estado bastante lamentable ya que la zona de la chimenea se está hundiendo debido al peso y han perdido parte del cubrimiento. Espero que los recuperen también porque son muy interesantes.

Invernadero. Quinta de Torre Arias
Invernadero

  Aunque la Quinta está en plena recuperación y aún queda mucho para que esté en todo su esplendor, me gustó mucho visitarla porque hacía tiempo que quería ir. Así que creo que merece la pena. La conclusión: habrá que volver dentro de algún tiempo y ver los avances.

Datos prácticos
Calle Alcalá, 551, Madrid, España
Visita gratuita
Horario: de octubre a marzo de 10:00 a 17:30 y de abril a septiembre hasta las 20:30
Duración de la visita: 2 horas
Se pueden hacer fotografías

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