Casa-Museo Sorolla

Publicado por Sil Viaja Blog marzo 09, 2016

Casa-Museo Sorolla

No me canso de decirlo: Madrid tiene mucho que ver y no todo está en el centro de la ciudad. No todo es el Prado o el Thyssen, ni todo es el Retiro ni la Plaza Mayor. A veces nos obcecamos en no abandonar el centro de una ciudad concentrándonos en el mismo lugar todos los turistas pero si algo tienen las grandes ciudades son grandes sorpresas. Comprendo que en tu primera visita a un lugar no vas a dejar de ver las cosas "más importantes" pero si vas varias veces o (sobre todo) eres de esa ciudad, de vez en cuando acércate a ver algo más desconocido. ¡Te sorprenderás! Porque alejados de las zonas más transitadas podemos encontrar y descubrir muchísimos rincones, parques, museos y curiosidades muy interesantes y menos conocidas pero no por ello menos importantes.

Un ejemplo de esto es el Museo Sorolla, la antigua casa del pintor, en la que vivió con su familia desde 1911 hasta su muerte en 1923. Por ello, en este museo se puede ver no sólo su obra sino también el taller del artista con sus caballetes y demás útiles, sus objetos, su mobiliario, sus colecciones, su jardín... La casa es, como dicen el la web del museo, una obra más del pintor.
El museo satisface la necesidad del visitante tanto por ver las obras del pintor como por esa curiosidad que tenemos las personas por adentrarnos en lo más íntimo de la vida de otros (respetuosamente, claro).

Pero este museo no es sólo una Casa-Museo sin más, también realizan exposiciones temporales relacionadas con el artista.

Me pareció muy interesante el recorrido por el museo, muy agradable el paseo y muy didáctico (hay carteles informativos sobre la vida y carrera del artista). Hacía muchos años que no iba y guardaba buen recuerdo del lugar, no me decepcionó.

La visita es libre pero el itinerario está marcado para recorrer todas las salas del museo junto con el jardín. La casa consta de jardín, planta baja, planta principal y segunda planta.

Sin duda una de las curiosidades del museo y de las zonas que más gustan es su jardín, al que se puede acceder sin necesidad de comprar la entrada y sin entrar al museo ya que está en la entrada del palacete. Me parece un rincón muy agradable para sentarse un ratito si el tiempo acompaña, hay incluso una zona con mesitas bajo sombra.

No deja de resultar extraño una casa así con jardín incluido en esta zona de Madrid, rodeada por edificios más altos. Queda como encajada y parece que el tiempo se hubiese detenido justo ahí.