Arquitectura y botánica del cementerio de la Almudena
Una de las visitas guiadas y gratuitas propuestas este año por el Ayuntamiento de Madrid junto con el Búnker de El Capricho y el Mirador de Alfonso XII, han sido una serie de recorridos de diversas temáticas por el cementerio de la Almudena. Había cuatro visitas en total: General, Arquitectura y Botánica y Personajes Ilustres I y II. Aunque conseguí plaza para todas, finalmente tuve que anular la visita general ya que no iba a poder acudir, asistí al resto.
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| Pórtico de entrada |
Tenía ganas de visitar este histórico cementerio madrileño pero nunca me animaba a hacerlo por mi cuenta y cuando vi las visitas guiadas me pareció una buena oportunidad. Espero que repitan ya que se quedó mucha gente fuera y así tendría la oportunidad de acudir a la que me falta. Como también espero que lo hagan con otros cementerios históricos de la ciudad cuyo patrimonio arquitectónico y escultórico es muy interesante.
En esta primera entrada reseñaré la visita sobre arquitectura y botánica y uniré en otra las dos de personajes ilustres.
Las visitas, si bien interesantes, me gustaron más algunas que otras, por los guías fundamentalmente. No voy a especificar cuál me gustó más y cuál no, simplemente considero que uno de ellos comunicaba y transmitía mejor la información, datos e historia y era más ameno. Es una cuestión de opinión personal, por supuesto.
Hay que destacar que estos recorridos se hacen en un cementerio que está actualmente en uso, por lo que hay que respetar los actos que puedan estar llevándose a cabo en ese momento durante las visitas. A pesar de esto, el cementerio se puede visitar de manera libre y gratuita.
El cementerio de la Almudena es uno de los más grandes y antiguos de Europa y el único que tiene línea regular de autobús en su interior.
La historia del mismo comienza en 1877 cuando se crea una comisión para construir el cementerio que se comenzaría a utilizar prematuramente en 1884 debido a una epidemia de cólera, siendo inaugurado oficialmente en 1925 con el nombre de Necrópolis del Este y una extensión de 120 hectáreas. Está divido en: cementerio de Nuestra Señora de la Almudena (cuya parte más antigua es conocida como "Cementerio de Epidemias"), Cementerio Hebreo y Cementerio Civil. Tiene también una zona llamada Jardín del Recuerdo para aquellas personas que deseen ser incineradas.
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| Jardín del Recuerdo |
Los arquitectos que llevaron a cabo el proyecto fueron Fernando Arbós y José Urioste quienes aprovecharon la irregularidad del terreno para distribuir el cementerio en diferentes niveles. Les sucede Francisco García Nava al frente de las obras unos años después.
Al cementerio, que tiene planta de cruz griega lobulada, se accede por un pórtico columnado de estilo ecléctico ya que tiene influencias modernistas y neomudéjares con esculturas del Cristo del Perdón y San Miguel, obras de Mateo Inurria.
La capilla en la que se ofician los responsos, y que sólo se abre cuando hay algún acto religioso, tiene influencia del Art Nouveau y el Art Decó y posee vidrieras de la Casa Maumejean en los ventanales exteriores. No pudimos acceder para verla por dentro, una pena.
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| Escultura de San Miguel |
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| Capilla |
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| Murciélaga |
Numerosos personajes famosos han sido enterrados aquí pero eso lo contaré en otra entrada. También hay que destacar y recordar los fusilamientos que tuvieron lugar en los muros del cementerio tras la Guerra Civil como los de las Trece Rosas, por ejemplo.
En su interior se conserva también el Museo de Coches Fúnebres, actualmente cerrado. Espero que lo reabran en un futuro ya que me parece de lo más curioso e interesante.
Hay multitud de leyendas e historias sobre el cementerio como la simbología masónica que encontramos en algunos enterramientos o el mito del Ángel de la Muerte (conocido como Fausto), escultura en posición de tocar la trompeta de la que se decía que quien oía su sonido estaba pronto a morir. Es por eso que se cambió la posición de la figura y ahora la trompeta aparece reposando sobre sus piernas y así, de paso, evitamos supersticiones.
El recorrido comenzó en los arcos de entrada desde los que fuimos hasta la capilla para, desde allí, recorrer diferentes calles y zonas del cementerio. Pasamos por el "Cementerio de Epidemias" para poder ver algunos de los mausoleos más antiguos y, al finalizar, pudimos admirar las vistas de la ciudad desde las zonas más altas del cementerio.
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| Vistas desde las zonas más altas del cementerio |
En los relieves y decoración del pórtico y capilla pudimos contemplar los relieves de siemprevivas (como símbolo de inmortalidad), San Miguel pesando las almas, el Fausto y los murciélagos (o murciélagas ya que tienen pechos) o dragones, como ven otros.
Durante la visita el guía nos fue contando curiosidades del uso de las plantas en cementerios así como su simbología. Por ejemplo, el uso de especies de hoja perenne simbolizan la eternidad. Nos contó también cómo el uso de plantas aromáticas tiene una función práctica ya que antiguamente no se enterraba a tanta profundidad ni en tumbas estancas como ahora por lo que estas hierbas, flores y plantas eran necesarias para disimular los malos olores. Como curiosidades: los claveles simbolizan admiración, el ciprés y cedro del Líbano son maderas que dan olor además de su carácter de perdurabilidad ante ataques biológicos, de ahí que se le asocie con la capacidad de mantener alejados los malos espíritus; el magnolio, que es un árbol majestuoso y robusto, se asocia con la fortaleza y sus flores simbolizan la nobleza de espíritu y la pureza.
Un interesante recorrido por el cementerio admirando arquitectura y escultura, panteones, árboles y arbustos, caminos y avenidas... Toda una ciudad de los muertos con mucho que ver.
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| Diferentes tumbas, mausoleos y panteones del cementerio |
Como punto negativo hay que destacar el estado de abandono de algunas zonas del cementerio. Este cementerio tiene una gran extensión y es costoso de mantener. Quizá haya poca mano de obra que se ocupe de su mantenimiento para conservarlo en las condiciones óptimas para visitantes y turistas.
Datos prácticos
Av. de Daroca, 90, Madrid, España
Horario: verano de 8:30 a 19:30, invierno hasta las 18:30
Visita gratuita previa reserva
Visita guiada
Duración de la visita: 1,5 horas
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